10/02/2004

Cuento de almas

SS Posted by Hello


I.
Érase un alma sin rumbo que no quería hacer parte de la vida común de las almas. Vagaba todas las noches desde temprano hasta entrada la madrugada, donde se ocultaba temporalmente en su cuerpo adolorido y quejumbroso; quejumbroso no por su cuerpo en sí, sino por su alma inconforme, esa misma que sale en las noches y grita en el día a las limitaciones de la estupidez terrena, a las restricciones de su cuerpo, a su sistema, e incluso, a su propia gente.

Su máscara de carne, del hierro forjado por el paso de los años que aún no habían podido completar su labor, reflejaba la clara realidad en la que vivía, reflejaba esa bruma densa que te encorva y deja tus hombros delante de tu espalda... justo esa realidad muchos años después...

Y va por los tejados, tan perdida como el primer día, con la certeza de tener mucho que encontrar, pero con el pesimismo de no poder hacerlo, con la posibilidad de la sorpresa hecha añicos para protegerse del dolor.

Y busca su felicidad, esa que se quedó en los enrejados oscuros de la memoria y que las fotos de su niñez perpetuaron: Tan bonita que da miedo volver a recordarla para saber que ya no está.

Mírala, vuelve a su cuerpo sin saber que lo que soñó no es el vil invento de su mente, sino la realidad que recorrió su alma insaciable al amparo de la noche; en los mundos irreales que se le niegan al hombre incrédulo que olvidó qué significa estar allí.

Luego se pregunta durante el día sobre el porqué de su condición, porqué es tan ambiciosa, porqué quiere hacer tantas cosas y aún éstas son insuficientes para conformarle...

Tan inocente es, sin saber que en el ocaso de los soles, cuando la luna se refleja contra la espuma del mar, hace como el hombre lobo, como las más dignas criaturas de fantasía, pasando a ocupar el lugar que le corresponde, paseando sin saber lo afortunada que es, sin entender que esa soledad de las noches no es más que la fortuna de caminar a través de los pasajes olvidados por la negación... por la tozudez humana de no ver más allá de lo que sus sentidos le permiten, por convencerse de que la realidad está frente a sus ojos evitando el miedo, sintiendo la comodidad de sus camas ante la sistemática seguridad de su acostumbrada realidad, felices de que la rutina habite sus días, de que los caminos no cambien, de que la vida no les exija un poco más...

Tanta felicidad tenía en su interior sin descubrir, oculta por el solo hecho de no poder concebirla, de que los ojos cerrados no pudieran ver a través del cristal, a la espera de su ángel; a la espera de una bofetada de sensatez, una tan fuerte que pudiera desmayarse y dormir para siempre en el mundo mágico del que nunca debió despertar...
II.

“Me duele, ¡es que acaso no entiendes!... ¡maldita sea!, es que me siento mal, es que me duelen las lágrimas de tanto llorar, es que no entiendes.... ya no más, me niego a seguir viviendo así...” Al término de esas palabras lloró sobre su hombro, justo en el momento previo al despertar, justo después de conocerlo... casi sin quererlo, lloró sobre él, porque sabía que al agua no le sobraban unas gotas de sal... y ese era el sujeto... un habitante de las profundidades que salía a tierra a buscar comida cuando la necesitaba...

Y él también la encontró, justo allí donde la había dejado la noche anterior, donde ella había vuelto en el día sin explicarse el porqué...

La conoció, justo en el portal de las ilusiones que se abre sin razón para él; cuando más bella es; cuando por fin pudo liberar un poco de su interior; cuando fue lo que realmente siempre ha sido pero que nunca se ha permitido ser por el miedo, por ese lamento omnipotente que nos posee y que hace de nosotros la seda ante los detalles del sufrimiento y rocas gélidas para la felicidad... y se reveló sin saber, con la penetrante inconsciencia de sus sueños, con la única condición de no pensar, de no sentir, de hacerlo sin saber, pero a conciencia de que debía terminar de hacerlo... ella, por supuesto, impulsada por sí misma a lograrlo todo...

III.
Esa es la parte sabida de la historia. Dos corazones, un sueño, las ilusiones de por medio, el redescubrimiento mutuo en el renacimiento hacia ser una nueva persona, o mejor, a completar la persona que era.

Aquí sigue la parte que sólo yo sé... aquí está el relato de lo que él espera de ella; de lo que ella necesita de ella misma para terminar la historia... para hacerla funcionar como se escribirá en estas líneas...

Acaecieron los hechos y así mismo las noches, y las cosas cambiaron tanto como el cielo cuando la luna se pelea con el sol, y las cosas llegaron tan lejos que ni los mismos tiempos pudieron contar los tiempos; tan lejos que nadie fue capaz de impartir la lógica, la razón o la historia a los hechos de aquel encuentro... ni siquiera ellos pudieron lograrlo... nunca lo quisieron y, como todo, cuando dejaron de preocuparse por esas cosas, éstas desaparecieron al mismo ritmo que desaparece todo lo que se va desprendiendo de lo que realmente importa...
Y allí estaba el final de todo, tras la capa oscura y caprichosa de lo inservible, tras la fila de accesorios e ideas inútiles que nunca nos permitieron pensar, que nunca nos dejaron ser otra cosa diferente a lo que ellos realmente quisieron... y fue cuando las circunstancias dejaron de importar, cuando lo que importaba era la suma de las pequeñas cosas, pero no las malas, no esas que no sirven, sino las buenas, esas que se ven menos, que suelen estar escondidas, atrapadas silenciosas dentro de las pequeñas malas cosas que nos pretenden aburrir todos los días, que le ponen límite y precio a nuestros deseos y a nuestras intenciones...

Fue allí, en el momento dulce donde las cosas malas fueron pocas, donde los dos se hicieron uno más grande y sortearon el doble de bien los problemas, disfrutaron el doble de sus alegrías y aprovecharon la vida grandiosa que nunca les tocó, sino que eligieron, y a la que nada se pudo interponer... en cierto punto ni ellos mismos...

IV.
Hoy sé que ella sí era lo que él siempre supo que era, aunque ella a veces lo dudara estoy seguro que también lo sabía, y estoy contento de darme de cuenta de eso, de darme cuenta que cada vez las reglas y los parámetros les importaron menos, pero la vida hizo que los respetaran más, que realmente creyeran en ellos; en sus sentimientos... en esa cosa extraña que está en nuestro interior y que nos hace ser lo que somos...

Ahora lo han aprendido los dos; no uno del otro, sino juntos... ahora son dos los que vagan en la noche, en la bruma, pero no en la densa, sino en esa fría que te arrulla cuando estás a punto de despertarte; esa que te invita a seguir soñando...

Y ahora están donde antes quisieron estar; donde quieran estar, porque lo único que rompe los límites es el deseo intenso de hacer las cosas realidad, de entender que la inconformidad es la virtud de lograr lo inalcanzable, de entender que las reglas se hicieron para romperse y los límites para borrarlos con la arena del zapato que recogiste cuando caminaste al infinito, justo hacia donde el hombre no existe, donde su sistema desaparece y donde la fina estructura se cae con su propio peso, por su absurdidad, por su defecto de reglamentar el delicioso sinsentido de la vida; ese que estas dos almas están aprendiendo, ese que los hace felices y que cada uno le recordará al otro cuando éste se atreva a intentar olvidarlo...

V.
Solos nunca lo hubieran podido lograr... no lo podrían lograr, pero para eso están juntos y hoy empieza esta historia; la que les acabo de relatar... la que sé que ella vive, de una u otra forma vive, y él, detrás, no se dejará rezagar, créanme, porque tiene un motor poderoso que le hace perseguirla y que no le dejará de funcionar hasta que un día, ambos, “no se cómo ni con qué pretexto”, por fin sean felices... juntos, necesitándose, dándose cuenta de que las buenas cosas son las que realmente importan y que los sueños están para vivirlos, y como tales, cumplirlos...

… hoy, cuando comienza la historia que les narré, él le ofreció a ella la fantasía. La fantasía dentro de la realidad a la que estamos sometidos en cuanto permitimos estarlo; realidad ante la cual ellos van a ser más grandes y a la cual van a dejar muy lejos.
Hoy él le propuso que sea esa niña que tantas veces ha visto, sí, la de los sueños, la que es tan real que se puede sentir a diario, y por la cual intentará seguir adelante... para que ella sea siempre ella... y él siempre él; a su lado… ¿aceptará?...

Aunque a cambio le vendas tu alma, para que no esté sola, para que no estés solo... para que, sin importar el camino, desemboquen a conocer el definitivo sentido de lo que es amar…

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